jueves, 17 de mayo de 2012

Autobiografía



Soy la hija del medio, así me dijeron siempre y siempre me lo he creído.
La segunda de tres mujeres y un varón.
Me llamo Julia por honor a la madre de mi madre, además nací en julio y por si fuera poco, mi padre se llama Julio porque su padre se llamaba Julio y por ende, mi hermano, último varón de la familia es Julito.
(Vaya manera de crear identidad en esta cadena de Césares inocentes.)

Soñé, desde que tengo memoria, en viajar por el mundo con una cámara de fotos colgando en mi cuello.
Me devoré cuanta revista, enciclopedia y mapas llegaban a mis manos, aún sin saber leer.
Escuchaba atentamente los relatos de mi familia materna que viajaba por todos lados y me enorgullecía en contar todos los países que mi papá conocía desde niño, como si fueran monedas de oro dentro de un tesoro, y cuando me largué a caminar en un barco camino a Uruguay.
Recuerdo la primera vez en ver una montaña y cuando hice mi primer viaje en avión a los 6 años y de los viajes al campo cuando nos cruzaban en balsa por el Río Paraná

Salí al mundo ya grande, pasados los 20, pero por suerte he conocido y sigo soñando en conocer más.
Europa, Asía y América ya están con cruces en el mapamundi.
Pendientes están África y Australia, ya llegaré.

La vida me ha dado otro camino inesperado, la familia. Llegando casi a los otoñales 40.
Y yo que pensaba que era un destino imposible, mientras recorría caminos de selva, salares y desiertos.
Pero como dijo John Lennon: La vida es aquello que te va a suceder mientras tú te empeñas en hacer otros planes.
De todas maneras, sigo viaje.

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