lunes, 31 de octubre de 2011

A Daniela R

Me la imagino rubia y chiquita ( cómo ahora) llena de pecas y sueños. Mimada por esa madre italiana, esa sangre de madres que supera ampliamente a las latinas en intensidad, con la pasión molto affettuoso y esa fuerza amasadora en los brazos que la rodean, con tanto amor, hasta hoy. Puedo ver a esa niña con una torta descomunal, llena de velitas, cremas y frutillas el día de su cumpleaños número 10. Rodeada de chicos, guirnaldas y gritos y aplausos.
Ya a los 20 la conocí, rubía y chiquita, con menos pecas como mostraban las fotos de infancia. Pero la misma sonrisa y más kilómetros recorridos. Había cruzado, por entonces, más de una vez el Atlántico y no sé si apagó las veinte velitas en algún crucero, entre los brazos maternos y los de su noviecito, que prosperó en amores y la convirtió en mujer y mamá de un colorado y un rubio tan pecosos como ella.
A los 30 volvió a cruzar el mar, pero esta vez para quedarse y comenzar nueva vida entre el mediterráneo y nostalgias.
Hace un año tuve suerte de verla en Buenos Aires, y nuestro encuentro fue tan fraterno como siempre. La vi igual menos rubia, menos pecosa y no tan chiquita.
Hoy cumple 40 y ella sabe todo lo que le deseo. Pero como a mi los 40 se me están yendo tan pronto, quiero confesarle que esta es la edad de las reinas. Dónde no hay quien pueda con nosotras, porque la sangre parece renovarse, más fuerte, más gruesa. Sin que la contrariedad sea una pared difícil de sortear y sin que los sueños sean cosas de ingenuos.
Porque las glándulas y los ovarios están en plena madurez y nuestra belleza se afianza entre los surcos incipientes de miles de risas "socavonas". Porque el amor sigue siendo la base y los hijos y la familia, combustible, aire y agua.
Porque la realización personal no pasa por los otros y el único filtro es la experiencia y el sentido común ya entrenado.
Porque las mujeres a esta edad, no somos sólo una canción de Arjona. Nada más ni nada menos que un mundo lleno de bondades y sinceramientos, que para algunos pueden ser cuchillas y para otros, la piedra fundamental para levantar nuevos reinos
Que los disfrutes tanto o más que yo.